Dentro de la familia de los bracos, el de weimar posee muchas de las características que lo hacen buen compañero para la caza, pero otras que le hacen pasar dificultades en nuestro clima.
Es un gran perro de muestra, valiente y equilibrado, cariñoso pero no excesivamente demostrativo. Tiene mucha más fama en ciertos países nórdicos que aquí, quizás porque la pigmentación ocular que tiene no la hace muy conveniente para países muy cálidos, en los cuales los rayos solares puede dañar su visión.
En otros países se emplea para la caza mayor debido a su corpulencia y a su valentía y aunque es un perro de muestro no debemos olvidar que proviene, entre otras razas, del bloodhound, el sabueso francés, y de los bracos alemanes y españoles. Hasta 1810 no se consiguió este color típico que los hace tan especiales entre los bracos.
